Balnearios de Extremadura, en perfecta armonía con la naturaleza y la historia

En tu escapada por Extremadura desconecta el móvil, olvida la rutina y siente el cálido abrazo de aguas termales que han aliviado el cansancio de los viajeros durante siglos.

 Los balnearios de esta región ofrecen mucho más que remedios a determinadas dolencias. Se han convertido en auténticos centros de bienestar, lugares donde descansar y disfrutar de la naturaleza, la cultura y la gastronomía.

 Con aguas declaradas de utilidad pública, atención especializada y elevado valor patrimonial, los centros termales extremeños son una excelente opción para cuidarse y relajarse.

 Te proponemos un recorrido por la Extremadura termal desde el norte al sur de la región, sin alejarnos demasiado de la Vía de la Plata. Nuestra primera parada es el Valle del Ambroz, donde encontramos los Balnearios de Baños de Montemayor, que conserva una terma romana, y El Salugral, en Hervás, pueblo que destaca por su bien conservada judería.

No muy lejos, en Valdastillas, se sitúa el Balneario Valle del Jerte, localizado en una comarca que cada primavera se viste de blanco con la floración de un millón y medio de cerezos.

 El Balneario Fuentes del Trampal, justo en el límite de Cáceres y Badajoz, está en la zona de Montánchez, conocida por su maravilloso jamón ibérico.

Más al sur, sin perder de vista la Vía de la Plata, llegamos a Alange, cuyas termas romanas forman parte del conjunto arqueológico de Mérida, Patrimonio Mundial desde 1993. Su balneario conserva unos baños del siglo III integrados en unas modernas instalaciones.

Nuestro itinerario finaliza en el Balneario El Raposo, en Puebla de Sancho Pérez, bien situado para conocer pueblos con mucho patrimonio y buen jamón ibérico, como Zafra, Jerez de los Caballeros, Llerena y Azuaga.

Mientras descansas en Extremadura estarás en perfecta armonía con la naturaleza y la historia.